Tras una de arena (la buena, ¿no?) con los palillos, vino una de cal. Hace unos días logré comerme unos fideos sin terminar con caldo por toda la cara y cuerpo. Son unos fideos muy gordos y resbaladizos, que los levantas con los palillos y se te caen en la sopa y parece el Caótico Fanegas tirándose a la piscina de la salpicada que te da. El secreto... Son fideos muy lustrosos, por lo cual no es necesario cegarse en coger un montón, con 1 o 2 que cojas puedes mover la patilla sin problemas. Y ya está, no hay más, hay que ir poco a poco.
Y la de cal, esta noche con la ensalada. Le eché abundante maiz, en grano, y al final lancé unas maldiciones porque casi todos los granicos se habían quedado en el fondo y, claro, imaginaos ir de 1 en 1 y con hambre... Pero bueno, no ha tenido mal final, me he acercado el bol a la boca y con los palillos he ido arrimando los granicos al borde y los he ido succionando. Creo que es una jugada permitida puesto que con las sopas se hace algo similar con la sustancia...
Abajo incluyo un cartel escaneado. Lo cogí en el comedor y no entiendo nada de lo que pone, sólo que va de arroz y de lo bueno que es.
1 Comentarios.:
Te refieres a los udon? Son deliciosos... no tienes tenedores en casa??? Me acuerdo que cuando estuve en China logré comerme una tortilla francesa con los palillos...
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