Voy a contar una historia coreana. El primer o segundo día, tras deambular por la ciudad de Pusán, terminé en una especie de parque frecuentado por jubilados que hablan y juegan a juegos de tablero. Me siento, observo, echo unas fotos... y en esto que llega motorizado el caballero de la foto:
Cual macho-dominante del Serengeti, en la pose que se aprecia, observa el percal. Nótense varios aspectos: banderas adornando el scooter hormonado (EE.UU y Corea), altavoces caseros empotrados en los reposapiés, luz-sirena para hacerse notar en caso de necesidad, y generoso neceser. Ya estaba yo casi que abandonando el lugar pero, "¡me cago en el copete!". Decido quedarme y estudiar la jugada. Largos minutos (lo menos 5-10) estuvo de tal guisa sobre la moto, para a continuación, darle marcha a la plaza con una musiquita digamos que mezcla entre pasodoble español y acompañamiento vocal coreano femenino de corte añejo. Volumen generoso. Todo el proceso terminó con el macho-dominante entremezclándose con el resto de los jubilados.
Todo este estudio de campo terminó al sentir el efecto caldeado de la generosa mierda que me cayó sobre la cabeza. El apurado corte de pelo que lucía/luzco acrecentó su efecto balsámico. Bueno, me acerqué al baño cercano y me lavé la cabeza como pude.

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