Hacía tiempo que me invitaban a ir a jugar al tenis pero entre que he jugado al tenis 3 veces y que sólo juego para ganar, evitaba el tema. Hoy iba al pabellón a jugar a baloncesto un rato y, maldición, estaba cerrada la puerta. Me he visto a un estudiante y hemos ido a ver si era posible que me abrieran la puerta. Nos hemos topado con un tal Yamamoto, bastante terco, y luego hemos ido a la Secretaría. Parece que la cosa se tornaba seria y yo temía que fueran a llamar al rector... Al final, no es posible, a partir de las 5 de la tarde está cerrado los viernes (aunque yo he jugado los viernes y después de las 5).

Y descartado el baloncesto, estando las pistas de tenis cerca y yo equipado para la ocasión, decidí darle una oportunidad. Resulta que es una clase de Educación Física y se apunta la alumnada de 1º, en total había unos 7, más la profesora de ruso y Santiago (también viejuno y español como yo). Lo pasé bien, y el nivel, bueno, digamos que yo era de los buenos. Ya os podéis ir haciendo una idea del percal. Pero estoy dispuesto a ir a más, me compraré una raqueta y voy a ir, tenis cuando hace sol y tenis de mesa cuando llueve. Además, tenemos al sensei que nos dice los ejercicios que tenemos que hacer, y gratis. Te prestan la raqueta (yo además he jugado con la del sensei), las pelotas... Le pregunté al sensei si podía repetir la semana que viene y me dijo que sí, me preguntó que si me lo había pasado bien y le dije que sí. La cosa quedó entre senseis. Y después de cada ejercicio se dan las gracias y al final, reverencia general.