viernes, 25 de septiembre de 2009

Hoy me fui de paseo a Osaka otra vez. Unos 30 minutos de metro y otros 30 de tren. Me gusta leer en el transporte público porque parece que se alcanza gran concentración, ¿será el movimiento?. Eso y la falta de gentuza, conversaciones por móvil, músicas, gritos, ashpavientos... ¡Fantástico!

Y seguro que ya es otoño en el Corte Inglés. Me di una vuelta por dos especie de Cortes Ingleses de Osaka. Qué refinamiento, qué dependientas... Los dos tienen una planta de comida preparada, muchos mostradores y cosas muy variadas. Pero, qué limpieza (de personal e instalaciones), qué dependientas, qué amabilidad... El trato al cliente en España es vergonzoso.

El lunes empiezo el trabajo. Algo contrariado porque se está muy bien sin trabajar pero también contento porque me gusta lo que hago y con la gente que trato. Más vale que te guste tu trabajo porque las vacaciones pasan bien rápidas y no hay oro que pague el sentimiento de angustia que da el pensar que tienes que volver a trabajar en algo que no te gusta. Gran error estar siempre pensando en las vacaciones.

Y algunas fotos.

Muestras de ingeniería civil.



Incluyendo un edificio horripilante, como de color bronce que brillaba cegadoramente con la luz del sol, y el edificio de las paredes estrechas (esos balcones en el canto... ).



En los santuarios siempre hay objetos graciosos que supongo que tendrán algún significado...




El gato diabólico que me mira con mala cara.


Y la muchachada sana que practica boxeo en el parque entre risas y buen ambiente. Y no con los coches, los maleteros llenos de botellas, los porros...

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