No hace nada que hemos empezado el curso y ya tenemos 4 días de fiesta seguidos, qué desmadre. No sé, hasta con poca ilusión espero esos días.
Estoy un poco taciturno esta tarde-noche porque acabo de comprobar que han cerrado/eliminado uno de mis blogs favoritos, el famoso 'nodata'. Se toman la justicia por su mano y hacen este tipo de cosas. Es un duro revés pero hay que recuperarse.
Y algo interesante que aprendí el otro día en la clase. Hablando del pelo, los calvos y demás, salió el tema de los que no son calvos técnicamente pero sí legalmente. Es decir, esos que se dejan crecer el pelo por el lateral (o parte trasera en los casos más extremos) para luego endirigirlo al lado opuesto. Bien, esto también se hace en Japón, proporcionando momento de gran vistosidad (sobre todo en días ventosos). Y resulta que tienen una palabra para este tipo de peinado, aunque la palabra no es japonesa sino inglesa: barcode. Es decir, 'código de barras'. Me parece magnífico.
Poco más, estamos disfrutando de una mierda de primavera, me compré una bolsa estilo profesional para meter mi raqueta y demás utensilios tenísticos (y voy hecho todo un señor), como a diario bolas de arroz envueltas en tofu y renové la toallada (que resulta que como aquí no hay lavadoras con agua caliente pues las toallas se vuelven pestosas aunque las laves a menudo).
El de los cartones ya desapareció, alguna vez le veo pero se mudó del pasillo de los apestados al edificio de los eruditos. Pero esto creo que ya lo he contado. En su lugar, el profesor-cocinillas ha tomado el mando del pasillo y nos obsequia con generosas comilonas que dejan un tufazo del copete. Afortunadamente suele coincidir con el final del día pero como tengo vida nocturna (por el tenis) pues me tengo que tragar la peste. Además yo creo que medio pernocta en el despacho. Y yo lo digo en voz alta, cuando paso por el pasillo, menuda puta peste que tienes montada colega...
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