Aquí estoy. Ya me llegó la nueva cámara y hoy la saqué de paseo. Es tan cutre y de plástico como parece, sin embargo al principio me decepcionó porque las fotos eran muy normales y yo esperaba algo más loco y resultón. No obstante, investigando, y con un par de apaños los resultados empiezan a ser satisfactorios. Tanto que diría que se va a convertir en mi segunda cámara. La cosa es que los efectos estos los puedo obtener con el ordenador, pero lo suyo es sacarlos directamente de la máquina. Son fotos de mi barrio.
Y ojo al parche con la siguiente foto. Es tan cutre el asunto que se puede desmontar la lente y manipular. Pues bien, el efecto ese de las esquinitas ennegrecidas, lo he conseguido pegando un trocito de cartulina negra con un bujerito entre la lente y el nosequé (desconozco la terminología). Aunque me gusta el resultado, lo he quitado porque es demasiado tener todas las fotos así. El apaño no es idea mía, lo he copiado de la internet y de otros más listos que yo.
En definitiva, me gusta. Una cámara para ir a lo loco. El problema es que nadie me tomará en serio cuando me vean apuntando con el aparato, y no sé yo si eso es algo que podré soportar. ¡Viva la pepa!
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