Y ya a modo de conclusión. Buen viaje aunque con algunos reveses. El primero fue al llegar al lugar donde tenía que esperar el autobús y darme cuenta de que me había olvidado las dos cámaras; afortunadamente me sobraba algo de tiempo y me compré otra (pero no es lo mismo). El viaje lo preparé para hacer fotos de la isla y otros sitios en decadencia... Mi olvido, el no poder encontrar la base de los kamikaze, el comprobar que otros dos están demasiado lejos para hacer el viaje en un mismo día... En ese sentido, la ruina me dio pocas alegrías, encontrando alternativas en templos, imagenería religiosa, lucecitas nocturnas, maquinaria industrial y corrosión de metales.
Despido la crónica con mi foto favorita, en dos versiones.


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