Alguno se acordará de cierto personaje, muy dado a embriagarse de emociones sensoriales y exclamar efusivamente cosas como "¡Qué paisaje/aire/comida etc. etc!"... Hoy me fui de excursión, me levanté a una hora prudente (por lo de tarde), me encaminé hacia el metro y en 30 minutos estaba en pleno centro. Llevo tiempo con ganas de ir a la zona del puerto (lo que se ve en la foto de arriba del todo) y del Chinatown (más fino que Barrio Chino). Lo intenté un par de veces con mapas pero sin resultado. Hoy decidí coger una calle, andar y andar y terminé viendo los dos sitios. ¡Qué mar! ¡Qué ciudad! ¡Qué educación! ¡Qué falta de humos! ¡Qué gusto de andar! ... Es una ciudad agradable y bonita, no en plan piedras y museos, sino con buen ambiente y cosas interesantes. Estuve por varios sitios, incluyendo los dos que he mencionado. La estrella del día fue el monito, vestido igual que su dueño, que hacía unos numeritos por el puerto. Se ponía a dos patas, tocaba el tambor, cruzaba los brazos... Yo vi un grupo de personas haciendo corrillo (les gusta aglomerarse) y al contrario que en España, esto es buena señal, señal de que encontraremos algo interesante. Había un improvisado escenario, pero yo me puse por la parte de detrás así que vi al monito más de cerca, y en algún momento me miró. Tenía la cara de color rosa y seria. Volveré con la cámara otro día y espero que siga por allí.
El Chinatown tenía poco de barrio chino. Bonito y todo lleno de sitios para comer. Estaba abarrotado, así que no creo que den garrafón. Yo no me aventuré a comer, porque si el japonés se me da mal, el chino ni te cuento. Aunque a mí me da que eran japoneses, no sé...
Otro momento clave fue cuando vi una especie de calle cubierta que decía 'Calle de la música' (en inglés). Los japoneses tienen algo extraño con el inglés que no se corresponde con la realidad. Bueno, me metí por la calle, que resultó estar llena de locales de tragaperras y negocios venidos a menos. Los locales eran enormes, y cuando alguna puerta se abría, se veían rebosantes y con un ruido ensordecedor, y no soy exagerado. Quizá sea esa la música.
Andé mucho, vi mucho y terminé con las pantorrillas ardiendo. Pero quería seguir andando. ¡Qúe sol!
El Chinatown tenía poco de barrio chino. Bonito y todo lleno de sitios para comer. Estaba abarrotado, así que no creo que den garrafón. Yo no me aventuré a comer, porque si el japonés se me da mal, el chino ni te cuento. Aunque a mí me da que eran japoneses, no sé...
Otro momento clave fue cuando vi una especie de calle cubierta que decía 'Calle de la música' (en inglés). Los japoneses tienen algo extraño con el inglés que no se corresponde con la realidad. Bueno, me metí por la calle, que resultó estar llena de locales de tragaperras y negocios venidos a menos. Los locales eran enormes, y cuando alguna puerta se abría, se veían rebosantes y con un ruido ensordecedor, y no soy exagerado. Quizá sea esa la música.
Andé mucho, vi mucho y terminé con las pantorrillas ardiendo. Pero quería seguir andando. ¡Qúe sol!
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