lunes, 20 de abril de 2009

Sigue subiendo el pan. Y África.

En Japón el pan es caro, pero está bueno, aséptico y no sube. Además, estoy desarrollando una adicción a la piña (variedad extradulce, que la piña a veces tiene mal perder); llevo lo menos 10 días seguidos comiendo piña, a todas horas, mañana, tarde, noche, de pies, sentado, sobre la marcha... Está convenientemente pelada, cortada y a los trozos le acompaña un pequeño y práctico tenedor, para que sólo sea coger, abrir, pinchar, comer y tirar.

Me hago eco de una serie de perlas cultivadas de la prensa, que estoy lejos pero no incomunicado:

El pobre Olav:
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/20/espana/1240197490.html
En fin, yo le recomiendo que se venga a Japón.

Y de lo vikingo, pasamos a lo africano... Desde ayer, Somalia (As-Sūmāl en árabe) es un estado islámico, es decir, la ley es el Corán. Pero lo que me priva de este país es el exótico nombre de su capital (me gustan los atlas, lo de las capitales y esas cosas): Mogadiscio; me gusta casi tanto como su vecina Jartum, en Sudán (Yumhūriyyat as-Sūdān en árabe). Las imagino con cielos rojos y polvorientos y Black Hawks en el horizonte...

Por si acaso, la ministra está por Mombasa (ésta ya me gusta menos) para tratar el tema de la piratería. Hay que tener valor...
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/20/espana/1240225725.html

Hoy vi al de los cartones salir por la salida de incedios, me lo topé de súbito, al salir de mi despacho y, como era de esperar, llevaba cartones al hombro...

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